Basílica Nuestra Señora del Socorro – Parroquia Madre Admirable

Anunciamos el Evangelio

Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. (Marcos 16,15)

El mandato misionero del Señor tiene su fuente última en el amor eterno de la Santísima Trinidad: “La Iglesia peregrinante es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre” (AG 2). El fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor (cf  RM 23). (Catecismo 850)