Basílica Nuestra Señora del Socorro – Parroquia Madre Admirable
Un poco de historia
Los enredados inicios
Los inicios de la actual Basílica y Parroquia Nuestra Señora del Socorro se remontan a mediados del siglo XVIII cuando existía, en el mismo lugar, una pequeña Capilla conocida entonces como “de los pescadores”. Había sido construida hacia 1750 por Alejandro del Valle, vecino del lugar, con la ayuda de algunos vecinos, en un lote de su propiedad, donado al Obispado de Buenos Aires. La pequeña iglesia fue dedicada al culto de Nuestra Señora del Socorro, una devoción de origen siciliano, de la que él era devoto.
Estaba abierta al culto público sobre todo porque el arroyo Matorras – que seguía más o menos la traza de la actual calle Paraguay – impedía, los días de lluvia el contacto con el resto de la ciudad. La iglesia estaba sometida al régimen de patronato por el cual era atendida por sacerdotes destinados por el obispado pero que eran sostenidos por el propietario de la iglesia.
En noviembre de 1769 el Obispo Manuel Antonio de la Torre, ante el crecimiento de la ciudad decide desmembrar la Catedral (única parroquia hasta entonces), en cinco parroquias : Inmaculada Concepción (centro), Nuestra Señora de Montserrat, San Nicolás, Nuestra Señora de la Piedad y Nuestra Señora del Socorro. Sin embargo no comienza a funcionar como parroquia dado que el año anterior (1768) había fallecido Alejandro del Valle sin dejar testamento debido a un ACV que había sufrido y los herederos reclamaban la propiedad de la Iglesia que él había levantado y donado. La jurisdicción asignada originalmente al Socorro quedó entonces a cargo de la vecina Parroquia de San Nicolás de Bari (emplazada donde actualmente se encuentra el obelisco).
Resueltas judicialmente las cuestiones hereditarias a favor del Obispado en 1779, los familiares abrieron la iglesia al culto público y en 1783 se erige como parroquia y se nombra a su primer párroco, FELIX SOLOAGA. Sin embargo, por una protesta del Párroco de Nuestra Señora de la Piedad (Francisco Javier Dicido y Zamudio), no es nombrado párroco “propietario” (con plenos derechos) sino solamente “interino”. Lo mismo sucedió con los párrocos que sucedieron a Soloaga : BARTOLOME DOROTEO MUÑOZ y MAESTRO FRANCISCO ARGERICH. Estos años son difíciles: intervienen un gobernador (Vértiz), dos virreyes (Cevallos y Loreto), dos obispos (De la Torre y Malvar y Pinto), el cabildo eclesiástico, dos curas (Soloaga y Dicido y Zamudio) más los herederos de Alejandro del Valle. Las idas y vueltas son interminables. El momento más conflictivo es entre 1784 y 1787: el cabildo eclesiástico decide disolver el curato en 1784 y manda cerrar la iglesia en 1786, el virrey Loreto ordena reabrirla en 1787. Recién en 1797 se puede nombrar un párroco “propietario” (Dr. MANUEL LEON OCHAGAVIA) y la parroquia puede funcionar normalmente.
Por esos años, concretamente entre 1799 y 1810 es necesario destacar la acción de quien fuera teniente cura del Socorro, el Padre Saturnino del Corazón de Jesús Segurola Lezica que fue comisionado general de la vacuna antivariólica de modo totalmente ad honorem, estableciendo, a pedido del Cabildo de la Ciudad y del Virrey Sobremonte, un centro para la conservación de las vacunas y al mismo tiempo un vacunatorio en la Parroquia del Socorro.
El Señor de los Milagros
Los inicios de la vida pastoral estuvo marcada por la devoción al Señor de los Milagros, cuyos inicios se remontan a fines del siglo XVIII. Los esposos Estanislao Rivero y Añorca Basualdo, que vivían entonces en las inmediaciones de la intersección de la actual calle Cerrito y Avenida Santa Fe, recibieron la visita de un vendedor ambulante venido del noreste argentino, que, entre tantos objetos, portaba una imagen de Jesús de Cristo en Cruz cuyo estilo refiere a las imágenes de las misiones jesuíticas de esa época.
La señora Basualdo se deslumbró con la imagen y le pidió a su esposo que la comprara. Este se negó varias veces bajo el pretexto de los escasos medios que tenían para vivir (vivían en las afueras de la ciudad en un caserío de madera y paja). El vendedor conmovido por la insistencia de la Señora y se los vendió por 20 reales de plata y algún objeto que la familia Rivero tuviera en su hogar para darles a cambio. Viendo que los Rivero no llegaban a juntar esa suma, el comerciante les dijo que se quedaran tranquilos ya que los vecinos completarían lo que faltase.
La sagrada imagen fue colocada en un nicho arreglado con chala, dentro de la vivienda del matrimonio y a él comenzaron a acudir los lugareños, que habían colaborado con la compra del Cristo, a rezar el Santo Rosario y el Via Crucis, a hacer Adoración de la Cruz, o simplemente a rezar, a implorar sus gracias y a encomendarse al Señor venerando su Sagrada Imagen.
El culto se va extendiendo a la ciudad y aún más allá de la misma, por lo que los esposos Rivero deciden destinar las ofrendas que los fieles van acercando y dedicando a Cristo (velas, adornos, trigo, etc.) a la compra de un terreno lindante y – con la colaboración de los vecinos – construyen un pequeño Oratorio cuyo emplazamiento es recordado hoy por una gran placa colocada en la intersección de las Avenidas Santa Fe y 9 de Julio.
El milagro
La tradición refiere que cierto día un individuo, cuyo nombre no se ha registrado, alfigido por la pérdida de una importante suma de dinero, se acercó a la pequeña capilla para rezar, ofreciendo al Señor : Si me ayudas a encontrar lo que he perdido, mandaré rezar por ti una Misa. Así fue que, a poco de haber dejado el oratorio dio con el dinero, por lo que, lleno de alegría, regresó inmediatamente a dar gracias gritando : ¡Milagro! ¡Milagro! Y agregando : desde hoy te bautizo con el nombre de Señor de los Milagros. Poco después se supo de la curación de un enfermo que había invocado la protección del Señor de los Milagros.
La noticia se expandió por la ciudad sino llegando a los pueblos cercanos con lo que la capilla era visitada diariamente por decenas de peregrinos que dejaban limosnas a los Basualdo. Hay muy poca literatura respecto a esto debido a la humildad de los poseedores de la imagen. Lo pequeño del Oratorio de los esposos Rivero no correspondía con la gran devoción que despertaba la Divina Imagen y las grandes cantidades de fieles que concurrían al lugar para rezar. Sin embargo no hay registro de una intervención de la autoridad eclesiástica para estudiar y eventualmente autorizar el culto.
El traslado
El Pbro. Dr. Manuel Ochagavía, cuarto párroco del Socorro, percibiendo la importancia de la devoción, y con la autorización del Obispo Lué y Riega propuso a los esposos Rivero trasladar la imagen a la vecina Iglesia del Socorro, convertida en Parroquia unos 20 años antes. La mayoría de los registros señalan este traslado en solemne procesión, el 14 de septiembre de 1803. En la pequeña Iglesia Parroquial se dispuso de un lugar en un altar lateral, “atendido” por turnos por fieles de la comunidad, entre los que se encontraba, Juana Rodriguez, nieta de Alejandro del Valle, que había donado las tierras para la construcción del templo. La fecha fue muy importante ya que a partir de 1831 ese día se comenzó a celebrar, cada año, la fiesta del Señor de los Milagros, lo que perdura hasta hoy inclusive. La devoción siguió creciendo y para edificar la piedad de los fieles, se la enriqueció con la composición de Devocionarios, Novenas, Oraciones, Triduos, y otros textos, muchos de los cuales se conservan todavía.
En 1848 fue nombrado párroco el Presbítero Francisso Villar, que, viendo la inmensa feligresía que acudía a la iglesia, emprendió las obras de un nuevo templo, reedificando el existente, que se extendía desde las actuales puertas de acceso hasta la tercera arcada interior y que contenía solamente cuatro altares, el Mayor, dos laterales y el del Señor de los Milagros. Se lo extendió para comprender lo que hoy es el crucero. La inauguración ocurrió en febrero de 1855.
El crecimiento de la Comunidad Parroquial en torno a la devoción al Señor de los Milagros y – aunque menor – a la patrona Nuestra Señora del Socorro, dio ocasión a Su Santidad Pio IX para expedir, el 7 de abril de 1855, un Breve en el que instituyó la fiesta canónica del Señor de los Milagros el día 14 de septiembre o el domingo inmediato, a juicio de la autoridad eclesiástica. Y para darle mayor solemnidad, agregó dos días de fiesta : uno dedicado a Nuestra Señora del Socorro y otro al Santísimo Sacramento. El Obispo local, Mariano José de Escalada Bustillo y Zeballos, puso el correspondiente “exequatur” el 18 de agosto del mismo año con lo que quedaron definitivamente instituidas las fiestas.
En 1864 se construyeron las dos naves laterales, siento titular de la parroquia el Presbítero Pedro de San Pedro. Se fueron sucediendo distintas intervenciones que destacan la popular devoción y su recepción por la autoridad eclesiástica.
En 1871 fue nombrado párroco el Canónico Honorario, José Apolinario de Casas. Durante sus 61 años de ministerio realizó grandes obras, pastorales y materiales, entre ellas (el 1 de julio de 1871) un nuevo altar para la dignificación del culto al Señor de los Milagros, al costado del Altar Mayor; en 1889 se confeccionó, con ex votos y piedras preciosas donadas por los fieles, una peana de plata para las fiestas solemnes.
Esta devoción fue acompañada por una fecunda acción pastoral a lo largo de muchos años : a la Hermandad de María Santisima del Socorro y ánimas, que se habia fundado en 1789, se fueron agregando otras. En 1877, durante el ministerio del Canónigo Honorario José Apolinario de Casas, fue fundado el Apostolado de la Oración; en 1891 Su Santidad San Pio X instituyó la Congregación del Señor de los Milagros; en 1931 se funda la Acción Católica Parroquial; en 1947 se funda la Pía Unión de las Hijas de María y de Santa Constancia; en 1952 se funda la Liga de Madres de Familia; por nombrar solo algunas iniciativas pastorales.
En 1896 se consagró el Templo Parroquial y el 12 de febrero de 1898 Su Santidad León XIII le concede el titulo de Basílica Menor, la primera en toda la Argentina. En esa ocasión fueron trasladados a la nueva Basílica las reliquias de Santa Constancia Virgen y Mártir, martirizada en el año 69 durante las brutales persecuciones del emperador Nerón, reliquia de inestimable valor histórico y religioso enviada especialmente desde Roma, depositadas en una vitrina lateral. También fueron dispuestas las insignias propias de la Basílica pero es notable que en el correspondiente “tintinábulo” (imagen) esté representado el Señor de los Milagros en lugar de Nuestra Señora del Socorro, titular del templo.
La coronación del Sagrado Cristo fue ordenada por el mismo León XIII con un “Breve” del 27 de marzo de 1903, a los cien años de su traslado al templo parroquial, concediendo en esa ocasión numerosas indulgencias a los fieles.
La coronación se llevó a cabo el 13 de septiembre de 1903, con ocasión de lo cual se realizó una procesión desde la Catedral Metropolitana en la que participaron numerosos obispos y unos 50,000 fieles. El acta original se conserva en la sacristía de la parroquia y se grabó en una placa de mármol que se conserva en la Capilla del Señor de los Milagros.
Numerosas comunidades de la ciudad y aún de más allá realizaron peregrinaciones para expresar su devoción.
Los restos del padre Casas, quien falleciera en 1932, fueron depositados en una nave lateral del templo parroquial. Es sucedido por brevemente por el Padre Salvador Etchegaray siendo nombrado párroco en 1936 el Padre Miguel Lloveras, quien apacentaría la comunidad por 44 años, hasta su fallecimiento en 1980.
Al poco tiempo comienzan obras de restauración de la Basílica y sus dependencias que llevaron muchos años. En 1938 se demuele la Casa Parroquial y se coloca la piedra fundamental del nuevo edificio que sobrevive con algunas reformas hasta la fecha. Las obras se extienden hasta 1953. Se comprueba que la Basílica no tiene fundamentos. Se hicieron nuevos confesionarios, se proveyeron nuevos bancos para los fieles, se cambió todo el solado, el altar mayor, se la dotó de un nuevo órgano, de la casa Steinmajer, bendecido en 1959, se dotó el templo de importantes frescos a cargo de Antonio Vitali y de vitrales. En 1952 se modifican las puertas de la Basílica achicando las dos laterales y recubriéndolas de bronce en su cara exterior. El mismo año se inaugura el subsuelo para albergar el auditorio en el que se proyectarían películas de cine y se ofrecerían obras de teatro a los fieles. Dicho espacio sería renovado y reinaugurado el 2 de mayo de 1962.
En 1942 se compra una propiedad contigua al templo sobre la calle Suipacha, para la nueva sacristía, aulas y salones para las obras sociales, que luego serían ocupadas por el Colegio Parroquial. Una vez más el templo se amplía en el año 1944, y se erigió el altar en el que los fieles hoy veneran la Sagrada Imagen del Señor de los Milagros y adoran al Señor presente en el Santísimo Sacramento.
En 1948 la Santa Sede dispone que la Fiesta de Nuestra Señora del Socorro se celebre el día 13 de septiembre (hasta entonces se celebraba el 15 del mismo mes) y que se use el formulario de la Misa propia.
En el año 1955 la Parroquia fue elegida para ser incendiada a raíz de desgraciados conflictos políticos. Sin embargo fue providencialmente protegida, el 16 de junio, por los fieles, de lo que se conserva, en una puerta, el testimonio de un vidrio que sufrió el impacto de una bala. Fue lamentable que el Cura Párroco tuviera que sufrir un tiempo en prisión, aunque fuera breve. La reacción no se hizo esperar y el Socorro fue escenario de la reunión que compuso la Marcha de la Libertad de la llamada Revolución Libertadora del mismo año.
La pastoral se fue abriendo a nuevos horizontes y en 1956 comienza con la acción social. Servicio que perdurará y dará a la comunidad una impronta importante hasta el día de hoy. Los jóvenes comienzan a dar catequesis en el Barrio del Puerto y en el mismo año se funda la Fraterna Ayuda Cristiana (FAC – hoy Caritas); en 1961 se funda el Colegio Parroquial y la Asociación Amigos de la Parroquia para la acción comunitaria social y cultural, que en 1963 se transforma en la Comisión de Obras Sociales y Culturales.
Otras iniciativas pastorales importantes son la creación del grupo de matrimonios en 1975 y el nombramiento de los primeros Ministros Extraordinarios de la Comunión en 1976.
Al fallecer Monseñor Lloveras en 1980 llega a la Parroquia Monseñor Alberto Albisetti, anteriormente rector del Seminario, durante cuyo servicio pastoral se llevaron a cabo importantes obras de resturación y mantenimiento del templo y de la casa parroquial. En esos años se cierrra el Colegio Parroquial y se destina el edificio al servicio social. También se creó la “Fundación del Socorro”. En 1980 desmembrándose del Socorro se erige la Parroquia Madre Admirable que comienza a tener vida propia. El 14 de septiembre de 1992 se colocó la escultura de la Piedad en el atrio, contra la pared del salón parroquial.
Monseñor Albisetti es sucedido como párroco de la comunidad por los padres Oscar Ojea y Gustavo Boquin y Rodrigo Valdez. Durante estos años fecundos se fundan del Hogar Monseñor Albisetti para hombres en situación de calle, y el Taller de María y José para niños (que cerró sus puertas en el año 2016). Además se promovieron iniciativas pastorales que han perdurado como el curso “largo” para novios y la pastoral matrimonial, los grupos de jóvenes, la catequesis, las misiones, etc. además de mantener viva la devoción al Señor de los Milagros y a Nuestra Señora del Socorro. Se ha mantenido la Basílica, buscando luchar contras las humedades, renovando la iluminación, los decorados, el sonido, se ha trasladado la histórica pila bautismal a su nuevo emplazamiento, se ha construido un cinerario parroquial, se han hecho importantes reformas en la casa de los sacerdotes, en las instalaciones del Hogar y de Caritas y en los salones de la parroquia. En 2020 se inició un camino de re-unificación de la Comunidad del Socorro con la de Madre Admirable. Se comenzó por unificar y coordinar actividades, para pasar luego a una atención sacerdotal única a cargo de los sacerdotes que residen en el Socorro quedando abiertos a una unión cada vez más estrecha que continúe, sin embargo, a ofrecer en las dos comunidades un servicio pastoral adecuado.
La comunidad del Socorro es rica en historia y es una comunidad viva que tiene por delante un futuro tan grande como el corazón de Dios que la ha guiado desde sus inicios. A Él encomendamos el camino que tenemos por delante. Él llevará a buen fin la obra que hace tanto ha comenzado.
Curas Párrocos del Socorro
FELIX SOLOAGA (interino)
25 de Marzo de 1783 – 17 de Marzo de 1792
BARTOLOME DOROTEO MUÑOZ (interino)
18 de Marzo de 1792 – 18 de Octubre de 1792
Maestro FRANCISCO ARGERICH (interino)
18 de Octubre de 1792 – 3 de Diciembre de 1797
Dr. MANUEL LEON OCHAGAVIA (primer párroco “propietario”)
4 de Diciembre de 1797 – 16 de Febrero de 1828.
FRANCISCO NUÑEZ
16 de Febrero de 1828 – 9 de Marzo de 1830
Dr. MANUEL VICENTE DE MENA
10 de Marzo de 1830 – 23 de Marzo de 1835.
Dr. ANTONIO ARGERICH
23 de Marzo de 1835 – 24 de Mayo de 1835.
Dr. JUSTO MUÑOZ Y PEREZ
1 de Junio de 1835 – 26 de Octubre de 1838.
JUAN SILVEIRA
15 de Noviembre de 1838 – 18 de Agosto 1846.
ULADISLAO GUTIERREZ
20 de Agosto de 1846 – 4 de Diciembre de 1847.
MANUEL VELARDE
24 de Diciembre de 1847 – 3 de Enero de 1848.
Dr. FRANCISCO L. VILLAR
4 de Enero de 1848 – 5 de Enero de 1863.
PEDRO DE SAN PEDRO
6 de Enero de 1863 – 20 de Mayo de 1871
Canónigo Honorario JOSE APOLINARIO DE CASAS
20 de Mayo de 1871 – 3 de Junio de 1932
SALVADOR ETCHEGARAY
5 de Julio de 1932 – 5 de Mayo de 1936
Canónigo Honorario MIGUEL LLOVERAS
7 de Mayo de 1936 – 24 de octubre de 1980
Monseñor ALBERTO ALBISETTI
14 de diciembre 1980 – 21 de enero de 1994
Monseñor OSCAR OJEA
21 de enero de 1994 – 24 de julio de 2006
Presbítero GUSTAVO BOQUIN
24 de julio de 2006 – 17 de marzo de 2019
Presbítero RODRIGO VALDEZ
17 de marzo de 2019 –
Este recorrido virtual por la Basílica de Nuestra Señora del Socorro, ubicada en la calle Juncal de Buenos Aires, nos permite explorar este histórico templo desde la comodidad de su hogar. La recorrida se incia con una vista panorámica de su imponente fachada neoclásica, para luego ingresar al interior y admirar su majestuosa nave central, con sus columnas y altares decorados.
Se podrá observar de cerca la imagen de Nuestra Señora del Socorro, venerada desde el siglo XVIII, y recorrer los diferentes altares laterales dedicados a distintos santos. Además, el recorrido incluye detalles sobre su rica historia.
La arquitectura y las restauraciones que la han convertido en uno de los templos más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires.
También se podrá acceder a las capillas y el órgano histórico, todo acompañado de explicaciones sobre su patrimonio cultural y religioso.